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Los términos coaching, capacitación y consultoría son utilizados por los clientes, que se cree que son intercambiables y que resuelven los problemas de las personas exactamente de la misma manera. En realidad, los métodos son muy diferentes, y cada uno debe implementarse de acuerdo con la necesidad, para obtener el mayor impacto y el resultado deseado.

En resumen, la diferencia entre consultoría, coaching y capacitación se puede explicar de esta manera:

-La consultoría le dice a su gente qué hacer.

-El coaching hace preguntas provocativas para crear un entorno en el que la gente quiera hacer.

-El entrenamiento enseña una habilidad para que sepan cómo hacerlo.

-Con más detalle:

Consultoría:

Los consultores evalúan, prescriben soluciones y les dicen a los empleados o empresas qué hacer cuando lo necesitan. Los consultores suelen ser expertos en su industria, tienen una agenda y dan respuestas a sus clientes. Su éxito generalmente se mide por la implementación de la solución o la respuesta al cliente, no si el cliente ha implementado con éxito la solución por su cuenta.

Los consultores tienen el conocimiento y se sabe que transfieren soluciones directamente a los ejecutivos o equipos de liderazgo de quienes luego se espera que se comuniquen utilizando su propia metodología deseada, que puede incluir capacitación o entrenamiento.

Coaching:

 El objetivo de un coach es ayudar a una persona, empresa o departamento a “desatascarse”, o querer progresar, elevarse y avanzar a través de la acción. El objetivo de un entrenador es hacer que un cliente pase de su estado actual a un estado futuro exitoso. Los líderes tienden a desplegar un entrenador cuando tienen un empleado o grupo que es excelente y agrega valor, pero que no está alcanzando su potencial.

Un entrenador alienta a los clientes haciéndoles preguntas abiertas que es posible que los clientes nunca se hayan hecho a sí mismos. El empleado utiliza las respuestas a estas preguntas para crear nuevos pensamientos que finalmente crean nuevos sentimientos que impulsan nuevas acciones o cambios. El empleado se impulsará porque quiere avanzar, no porque le digan que avance. Un entrenador no está apegado al resultado del cliente: si bien el entrenador puede preocuparse por la persona a la que está entrenando y ayudarla a avanzar, el entrenador no está apegado a la decisión que toma el empleado.

Capacitación:

La capacitación debe implementarse cuando existe la necesidad de enseñar una habilidad específica. Se despliega cuando una persona o grupo no sabe cómo hacer algo. La capacitación generalmente se brinda dentro de un grupo; sin embargo, los facilitadores (las personas que realizan la capacitación) pueden enseñar uno a uno cuando se considere necesario. Los facilitadores entienden los estilos de aprendizaje de adultos y cómo construir capacitaciones atractivas para garantizar que los participantes aprendan y obtengan nuevas habilidades para aplicar en el trabajo.

 

Saber cuándo implementar la solución ideal y el talento es el ingrediente secreto. Hay situaciones (en realidad, la mayoría de las veces), en las que se requieren todas las habilidades en diferentes momentos para lograr los objetivos específicos del cliente.

 

Como líderes, no siempre podemos contratar a un entrenador, consultor o facilitador experto; debemos jugar el papel ideal para contar, enseñar o ayudar a desatascar a nuestra gente. Independientemente de si está utilizando un trabajador contratado o si está solo, conocer la diferencia entre estos tres conjuntos de habilidades, cuál implementar y tener la experiencia para hacerlo, es un cambio de juego para su empresa y lo más importante, la gente dentro.