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A veces, a pesar de los mejores planes, tenemos que cambiar rápidamente de rumbo. Cuando los profesionales de formación y desarrollo y los maestros se ven obligados a trasladar las clases presenciales existentes a un entorno en online sin previo aviso, trabajan en condiciones subóptimas. Todos sabemos que crear un curso de aprendizaje a distancia requiere tiempo-tiempo para planificar, desarrollar materiales y desarrollar un marco de evaluación. Sin embargo, a veces el programa debe continuar, y hay tres suposiciones comunes que podemos evitar hacer, incluso cuando creamos un curso en línea de último minuto.

1) Pensar que el entorno “face to face” tiene que ser recreado

Estamos en tiempos difíciles y una migración masiva al aprendizaje en línea no es simplemente recrear el entorno presencial y en persona al que estás acostumbrado. Por ejemplo, reemplazar una conferencia semanal de tres horas con una transmisión en vivo de tres horas será agotador para el maestro e ineficaz para los estudiantes. 

En lugar de intentar replicar lo que sucede en el aula, intente algo nuevo. Reemplace una video conferencia con un documento colaborativo, donde los estudiantes puedan publicar preguntas y los facilitadores (y otros estudiantes) puedan responderlas. O haga que los estudiantes trabajen en pequeños grupos virtuales (asincrónicamente) para responder preguntas o crear respuestas colaborativas a las lecturas. Busque conferencias, artículos o charlas TED existentes sobre los temas que planeó cubrir, y haga que los estudiantes los vean y publiquen respuestas en un panel de discusión, documento compartido o cadena de correo electrónico. Mantenga las cosas simples, pero manténgalas colaborativas. Establecer un sentido de comunidad y colaboración es fundamental para una instrucción exitosa en línea.

2) No entender cómo la tecnología puede mejorar el proceso de aprendizaje

La tecnología avanza constantemente y es posible que se sorprenda de la cantidad de recursos que tiene a su alcance. Por ejemplo, Google ha tenido Hangouts durante mucho tiempo, una función gratuita que le permite colaborar fácilmente mediante videollamadas y chat, lo que permite interactuar en tiempo real sin problemas. Más allá del ordenador de escritorio, piense en las tecnologías que sus estudiantes ya están utilizando.

Inicie un grupo de Facebook, chat de Whatsapp o incluso una cadena de correo electrónico con todos sus alumnos. Haga que los estudiantes contribuyan a un documento compartido de Google. Incluso puede configurar una llamada de conferencia y tener un horario de oficina virtual. Cuando se trata de una crisis inesperada, no es el momento de invertir en aprender a usar nuevas tecnologías que no le son familiares ni a usted ni a sus alumnos. En su lugar, busque formas de comunicarse con sus alumnos que ya sean cómodos para ellos, y construya desde allí.

3) Haciéndolo demasiado difícil (para usted y sus alumnos)

Por último, si no tiene una amplia experiencia en la implementación de un programa de aprendizaje en línea, no sea demasiado duro con usted ni con sus alumnos. COVID-19 nos ha empujado a todos a un territorio desconocido, y deberíamos ser lo más pacientes posible entre nosotros. El objetivo de un curso en línea de emergencia es ayudar a los alumnos a seguir progresando cuando las opciones presenciales son limitadas. Siempre y cuando sus alumnos comprendan lo que se espera de ellos y tengan las herramientas para comunicarse y colaborar, deberían poder progresar incluso cuando estén aislados.

Si tiene preguntas sobre cómo hacer la transición al aprendizaje en online, comuníquese con nosotros. Voxy está aquí para ayudar.

POSTED ON MARCH 25, 2020 BY ALEXIS TODD ( Voxy)